El potencial y los desafíos de los insectos como una fuente innovadora para la producción de alimentos y piensos

Los insectos han sido consumidos tradicionalmente por 112 países en el mundo, y alrededor de unas 2000 especies de insectos son las consideradas aptas para el consumo. En los últimos años esta tendencia se está trasladando también a Europa donde en el noroeste de Italia ya llevan 30 años consumiéndolos.

Los insectos se llevan utilizando para diferentes fines durante miles de años como para la producción de alimentos, abejas para la miel, hasta para la repoblación de bosques.

Platos variados de insectos en otras culturas.

En algunos países desarrollados el consumo de insectos es más caro que el consumo de carne de especies de abasto, por el poco desarrollo que tiene esta industria y para poder consumirlos necesitaremos automatizar las granjas y medio de producción.

No todas las especies de insectos son aptas para su consumo, por ejemplo, Anaphe venata, una polilla, provoca un déficit de timina, por esta razón las variedades seleccionadas cumplen muchos requisitos para evitar que perjudiquen a la salud y al medio ambiente donde se críen.

Al ser insectos suelen ser vehículos para diferentes patógenos y la mayoría de veces transportan esporas, por tanto, para su seguridad en la alimentación se debe aplicar un tratamiento por calor, esterilización convencional a 110-150ºC para destruir las esporas resistentes ya que los métodos de fritura y cocción no las destruyen, además de desnaturalizar encimas, y almacenarlos en condiciones muy higiénicas y seguras.

Los insectos son una rica fuente en proteínas y energía al igual que la carne de los animales que se consumen habitualmente, contienen aminoácidos esenciales, vitaminas, son ricas fuentes de minerales y tienen poca grasa.

Uno de los problemas a tratar en países europeos es su pensamiento ya que habría que educarnos para aceptar a los insectos como una fuente de alimento y mejorar y automatizar los procesos para poder producirlos a gran escala y con un coste inferior, además de crear y prever asistencia sanitaria para estar preparados para posibles enfermedades que puedan aparecer.